martes, 9 de junio de 2009

6. Confidencias

Karla y Judit tomaban el aperitivo en la terraza de un café mientras hablaban de sus respectivas experiencias. Desde hacía un ratito se estaban centrando en aquellas con un tinte escabroso.

-Sado-maso, sí. Jo, pues tengo varias anécdotas para cada lado de la moneda. Si quieres te cuento una de la primera parte, con respecto a mí, claro, jaja, porque cada vez que se habla de una, es imposible no hablar de la otra. ¿Te apetece?
-Por supuesto. – Judit levantó el brazo. –Camarero! Otra cerveza!
-Yo era muy, muuuuy joven. Y mi estado vital era el de una yonki, ya sabes como es eso, en el círculo interminable de droga-dinero-droga, pero por otro lado era una panoli… esto… te lo contaré todo seguido, vale? Así no pierdo el hilo. - Karla dio un sorbo de su bebida. - ejem… ¿te acuerdas de Kiki?

Kiki (¡menudo elemento!) entra en casa: -Acabo de conseguir curro para las dos, venga, arréglate y no de hippie como vas siempre. Vamos a ver a un ABOGADO. (¿???). Imagínate: La City, zona bien. Despacho semilujoso. Mas allá 2 habitaciones con pasillo en medio. Ella y yo sentadas delante del abogado, edad media, talla media, pelo blanco. Kiki: -esta es la chica de la que le hablé, no le decepcionará. Abogado: -No esta mal. Acércate.-(me palpa) -¿Ya sabrás hacerlo bien, bonita? –(mentalmente me cago en Kiki que no me había explicado nada, solo me había dicho: “tu síguele el rollo y luego me imitas”. La muy guarra! pero digo): -Claro, si usted me puede explicar exactamente que es lo que quiere que haga, ningún problema. –Ah, tengo unas secretarias muy descaradas y necesito que se les administre disciplina. Aquí tienen estas fustas por si les dan problemas. (y veo que saca del cajón dos latiguillos y un cuchillo. Glups. Coge el cuchillo y vuelve a mí). – Por supuesto, todo esto tiene que quedar en el mas absoluto secreto, lo entienden, no? (va deslizando la punta por todo mi cuello hasta las tetas) –Evidentemente, no se preocupe. - le contesto. (me recontracago en Kiki). –Pues hala, ya pueden desnudarse y empezar.
Habitación 1. Chica atada y despatarrada en el suelo. Observo a Kiki. Ella se acerca a la chica, la abofetea, la insulta, le toquetea el coño, le pellizca las tetas. Se frota contra ella mientras va alternando golpes y caricias. Veo que la chica disfruta y eso me anima a participar. Al principio no puedo más que darle ligeros golpes mientras intento cortar la risa que me surge. Ella me ayuda; me agarra del pelo y me lo estira con fuerza para que yo reaccione dándole con más brío. Lo consigue a medias, solo a partir de un empujón con el pie que me hace caer, reacciono plenamente a su conveniencia, imitando totalmente a Kiki y añadiendo invenciones propias. Así conocí lo que yo he pasado a llamar el masoca tipo A. Los que dicen: aaah sísísí, dame más! Mientras tanto, lo que hacía el abogado era pasearse calmadamente al tiempo que observaba todo. Recorría la habitación 1, el pasillo, la habitación 2 (desde la que salían sonidos parecidos) y volvía, el pasillo, habitación 1… hasta que consideró que nosotras ya habíamos logrado el propósito para lo que nos había contratado. Entonces, nos hizo vestir, nos pagó y mientras nos dirigíamos a la puerta de salida, oímos como se tiraba a la chica que nos habíamos estado trabajando.
Una vez fuera le pregunté a Kiki por qué cojones no me había advertido de la movida. –No habrías venido, Karlita. Pero mira lo que hemos ganado. La verdad es que para las dos horas que estuvimos allí dentro nos habían pagado una barbaridad, mas o menos lo correspondiente a un cuarto de un sueldo normal. Los dos meses que me duró el “trabajo”, dos horas dos veces a la semana, hasta que me despidieron por lo que te contaré a continuación, fueron estupendos a nivel económico. También fueron estupendos para acabar de tocar fondo con la maldita droga. (Era tan fácil de conseguir que aceleró la llegada del punto de inflexión: otro pico y adiós o dejarlo radicalmente).
Un día nos separaron. Kiki se quedó con la chica habitual y a mi me pasaron a la habitación 2. Aquí viene la parte de la película más surrealista, chica. Y todo porque llevo un grouchomarx en mi corazón. En fin, en la habitación 2 también había una chica atada en las mismas condiciones que la otra pero mientras que con la primera al mirarla pensabas: uuy menudo peligro tiene ésta! Con la segunda hubieras dicho: oh que ternurita de nena! Total, me desnudé y comencé la sesión habitual con ella cuando de repente, va y empieza a llorar. Uf! no era un llanto turbulento ni escandaloso, no había gritos. Me provocó tal confusión que no pude continuar y mil ideas circularon en segundos por mi cabeza predominando enseguida la que apostaba por la de que a ella la habían contratado para “recibir” sin ser masoca, de la misma manera que a mí para “dar” sin ser sádica. La intenté interrogar para que me confirmara si era así, aprovechando cuando los paseos del tipo lo alejaban de nuestra habitación y no obtuve ninguna respuesta clara, solo unas profundas miradas con los ojos lacrimosos que me dejaban aun peor. Así que por mi cuenta decidí que no le iba a dar el gusto al viejo, comenzando una comedia que mantuve durante las dos horas y que consistía básicamente en dos actos repetitivos según se acercara o alejara. El primero era a base de insultos, golpes en el suelo a escasos milímetros de su cara y sobre todo tocamientos; en el segundo batía palmas mientras internamente me reía de mi misma y de tan ridícula situación, rogando para que no apareciera de improviso descubriendo el pastel. Cuando por fin terminó la sesión que más trabajo me había dado de todas y se acercó definitivamente el tipo, veo que la pavita se levanta y le susurra un rato al oído. Lo siguiente fue el abogado diciéndome: -No hace falta que vuelvas más. Estás despedida. -AAAAH jajaja, bonita manera de descubrir lo que para mí es el tipo masoca B, que como te habrás podido imaginar son los que dicen: no, no, y lloran, pero quieren caña.

Bueno, pues esta fue mi iniciación en el misterioso mundo del sado. ¿Que te ha parecido?
Judit sonriendo se tomó el resto de la jarra de golpe.
-Interesante.

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